Ausencia sentimental

Ausencia sentimental

sábado, 22 de febrero de 2014

Cumpliendo mi voluntad ajena


En ese momento frenó abruptamente  un carro que venía a toda velocidad, levantó tanto polvo que me quitó visibilidad y me dejó con un fuerte sabor muy desagradable a tierra. Duró detenido varios minutos, alcancé a sudar frío ya que se me pasaron  tantas tragedias tontas por la cabeza, pero de un momento a otro baja el conductor, se hace a orillas del acantilado, se arrodilla y empieza a llorar amargamente, solo  logré entender una frase que decía “maldita vida, agónica existencia”, aquel hombre, que más o menos contaba con treinta años de edad se me hizo muy conocido, sí, claro que lo conocía, entonces mi mente se llenó de recuerdos que  cesaron cuando él saco un arma de su chaqueta y se la puso en la frente, no me inmute porque sabía de ante mano que nada iba a hacer, era un cobarde, toda la vida lo había sido.

Lo conocí desde que estábamos en jardín,  éramos muy buenos amigos, a decir verdad, los mejores,  toda su vida se destacó por ser un buen estudiante, alabado por los profesores y exaltado por su ego. Desde muy pequeños nos interesamos por las letras y la pintura, era un bárbaro pintando y escribiendo, nuestro hobbies era la lectura y las  tertulias, que felices éramos en ese entonces. Cuando estábamos en bachillerato, cierto día se me acercó y me dijo que no podíamos ser más amigos, pensé que era broma así que no le di tanta relevancia, pero en la tarde cuando llamé a su casa me contestó su madre y no lo quiso pasar al  teléfono, me dijo que dejara a su hijo quieto, que yo lo había inducido a ideas tontas, que eso de escribir y de pintar era para maricas, comprendí que no había sido él, sus padres le dijeron que dejara de hablar conmigo, y no tuvo fuerzas para objetar, no tuvo valor para decidir y escoger, ni  tuvo agallas para enfrentar, solo acepto un camino sin salida ni regreso, un camino de olvido y exigencias,  aceptó una voluntad que no era la de suya y siguió lo que decía el corazón de otro, me dolió mucho pero lo acepté, no quería que tuviera problemas con sus padres así que me alejé, me fuí tan lejos que no me encontró después,  volé tan alto que no me logró ver, nunca más le dirigí la palabra, pero lo analizaba, estudiaba cada paso que daba, lo cuidaba en secreto; si antes era muy introvertido y reservado, ahora había probado el amargo sabor de la soledad que lleva a una auto exaltación del yo, comenzó a ser amado por muchos y odiado por unos cuantos mediocres, se volvió altivo y prepotente, ese no era el chico que desde kínder había conocido. Siempre pensé que había encontrado un refugio en los estudios y que al menos eso lo hacía sentir bien, pero que equivocado estaba, solo cumplía los requisitos de una sociedad que busca gente que se crea súper-hombres, solo andaba por las sendas que le trazaban su padres, no pensaba si eso era lo que quería, solo obedecía y punto.

Cuando terminamos el bachillerato él se fue a estudiar medicina, no porque le gustara, por el contrario la detestaba, su pasión siempre había sido el arte, lo hizo porque sus padres así lo depusieron; no tuvo valor para luchar por sus sueños, por el contrario los dejó guardado en el sótano y bajo llave,  lo que quería ya no era y lo que odiaba ahora se convirtió en su principal objetivo, pienso que su miedo no era el desobedecer sino que  era más el no aceptar las consecuencias que podría traer sus decisiones, al seguir lo que decían su padres si algo salía mal la culpa era de ellos y no de él, pero lo que no sabía era que sin darse cuenta se estaba poniendo la soga al cuello. A pesar de todo en la universidad le fue muy bien, se destacó por ser el mejor estudiante,  tanto que se graduó con honores, hizo muchos descubrimiento e innovo en varias cura a muchas infecciones y enfermedades, su nombre comenzó a calar nacionalmente y muy a menudo a parecía en las portadas de los diarios, más adelante fue reconocidos con muchos premios internacionales, era considerado  el doctor de la manos divinas ya que no se le conocía la primera persona que haya muerto en una de sus intervenciones, además todos los desahuciado y agonizante volvían a la vida como por milagro.

Cierto sábado iba con mi mujer y mis dos hijos paseando por el parque y él estaba sentado en una de las bancas leyendo el periódico, solo,  porque nunca tuvo las agallas de declararle su amor a su amada rosa aun sabiendo que ella tenía los mismos sentimientos por él, se impresionó mucho de verme y pienso que también le dio un poco de alegría, pero sus ojos trasmitían profundo dolor, no fue capaz de dirigirme la palabra aunque quiso hacerlo, lo supe por su semblante, por eso tome la determinación de hablar, lo único que pude preguntarle era que si estaba bien, y nada más me dijo que  tenía una bonita familia, esa palabra que vino después nunca lo olvidare “perdón”, me llegó tanto porque mostró mucho arrepentimiento y desazón en su vida, le dije que no se preocupara, que no guardaba rencor por él, se levantó y se fue, antes que se alejara más le di el pésame por la muerte de su padres, solo me dijo, gracias, al menos hay personas que lo lamentan más que yo.  Nunca más lo volví a ver hasta hoy.

Ahí estaba todavía llorando, no se había percatado que alguien estaba presente en ese lugar, iba tan centrado en sus problemas y tan ensimismado que esto le hacía imposible ver la presencia del “otro” no solo en ese lugar, sino también en su vida. Tuve razón, nada pasó, no se hizo daño, solo lloró y lloró desconsoladamente, parece que el tiempo le hizo el llamado a su partida porque miró su reloj,  se montó en su carro y partió.

Cinco meses después me lo encontré, no como ustedes piensan, estaba en la primera página del periódico más importante del país, pero también estaba en todos los noticieros, era mencionado por todas las emisoras, el país entró en conmoción, En las horas de la mañana descubrieron el cuerpo sin vida de Andrés Vuitton, el famoso medico, todos especulaban en un accidente, se quedo dormido, pero sabía muy bien lo que había hecho, aunque me costó asimilarlo supe  que había decidido hacer lo que hace cinco meses atrás había dejado inconcluso, ¿Qué lo habrá hecho decidirse a encarnar tal decisión? No lo sé, pero pienso que ya estaba harto de toda esta vida de mentiras y de muerte lenta, tal  vez fue la primera y única  decisión que haya tomado en su vida.

Ya han pasado varios años desde aquel traumático suceso, decidí ir al cementerio a visitar al que alguna vez fue mi amigo que nunca dejé de querer, me acorde de las exequias, muchos extraños gritaban de dolor por su partida, sino era "payasearía" creo que era agradecimiento, pero muy pocos familiares  desconsolados, casi ninguno, me imagino porque nunca tuvo una cercanía con ellos, su clan familiar era muy pobre, él era el único con la dicha de haber nacido en cuna de oro y sus padres no querían rebajarlo o rebajarse con semejante “gentucha” como así los llamaban. Ha pasado mucho tiempo,  ahora ¿quién es Andrés Vuitton? no es más que un muerto que rasposa en el cementerio de la ciudad, nada más.

Homais Preet
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